martes, 29 de diciembre de 2009

A rey muerto, rey puesto

Indica que nadie es imprescindible y que toda persona, por alto que sea su rango, puede ser sustituida. También se puede usar como crítica a quienes rápidamente mudan sus filias para pasar a apoyar a otra persona.

Históricamente, se ha querido atribuir esta frase a Felipe V, en una anécdota bastante inverosímil, tanto por el hecho que narra como porque este no hablaba español. Se cuenta que en el asedio a Barcelona durante la Guerra de Sucesión, el francés habría entrado a luchar, siendo reconvenido por los propios soldados que le rodeaban por su dignidad, a los que Felipe habría contestado de esta manera, despreciando su propia vida. Como digo, no parece muy verosímil.

1 comentario:

Ensada dijo...

Muy poco. Nada. Y ni siquiera es ben trovato.

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