jueves, 13 de enero de 2011

Fíate de la madre de Dios y no corras

También:
  • Fíate de la Virgen y no corras.
  • Fíate de la Virgen y no reces.
  • Fíate del santo y no pongas vela.
  • Fíate de Dios y no corras.
Aconseja no confiar en que las cosas se solucionen si uno no se esfuerza personalmente en su buen desenlace confiando en la providencia o en el esfuerzo de otros a los que no les va tanto en el asunto. Se suele usar de forma irónica para dar este consejo a quien pensamos demasiado confiado.

Ejemplo:
- Isabel va a llevarme mañana al aeropuerto, así que puedes llevarte el coche.
- Asegúrate, porque no le gusta madrugar.
- Yo me fío de ella.
- Pues ale, fíate de la madre de Dios y no corras.

Así, como dicen los musulmanes, conviene, sin dejar de ser opitimista, no dejar de poner los medios para que las cosas lleguen a buen fin: Confía en Alá, pero ata a tu camello.

El origen de la frase algunos lo relacionan con un espectáculo taurino en el que el actor, tras encomendarse a la virgen, hacía el don Tancredo, es decir, se quedaba quieto, hasta que en una ocasión en la que el toro le embestía tuvo que correr hacia el burladero y se oyó este grito desde el público. Tal vez la foto, tomada en Móstoles sea la de este momento.

Un segundo posible origen se da en las guerras carlistas, cuando, el 1 de julio de 1835,
Carlos María Isidro, pretendiente a la corona con el nombre de Carlos V, nombró a la Virgen de los Dolores generalísima de todos los ejércitos. El día 15 de ese mes se produjo la batalla de Mendigorría (en la foto), y el general carlista Vicente González Moreno fue derrotado. Tras esto, se habría hecho popular este dicho entre los isabelinos a modo de escarnio.


2 comentarios:

Paradine dijo...

Hola! yo me lo sé así: "Fíate de Dios y no corras de la Virgen" de toda la vida.

Résped dijo...

Y ¿le dabas el mismo significado?

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