martes, 26 de julio de 2011

Labrantín, rabiantín

Refrán que pone a los agricultores fama de quejicas, de no conformarse nunca con la cosecha. Asume la idea de que es fácil oírlos quejarse del mal o del buen tiempo, de las malas cosechas, de la dureza del trabajo... y nunca se les oye contar cuando la cosecha es buena y compensa todo lo anterior.

En mi opinión, las labores del campo son duras y sacrificadas y por esto es normal que podamos escuchar más de una queja. Se da la circunstancia de que todo el esfuerzo que comportan se puede ir al traste por circunstancias que no se pueden siempre controlar, como el tiempo (sequía, inundaciones, pedrisco...) o las plagas. Los labradores que yo conozco, castellanos, manchegos, son gente de humor sarcástico a los que no se suele ver reír ni quejarse, no maldicen al cielo, aunque no dejen de mirarlo, ni presumen de buenas ganancias cuando tienen el granero lleno, que viven y dejan vivir.

Imagen: Intentando sacar algo de una tierra reseca, de N-ko.Original aquí.



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